versión On-line ISSN 0717-9553
Cienc. enferm. v.16 n.3 Concepción dic. 2010
CIENCIA Y ENFERMERÍA XVI (3): 33-39, 2010
ARTÍCULOS
ENFERMERÍA EN EL ROL DE GESTORA DE LOS CUIDADOS
NURSING IN THE ROLE OF HEALTH CARE MANAGER
Silvana Estefo Agüero*
Tatiana Paravic Klijn**
* Enfermera. Docente Depto. de Enfermería, Universidad de Magallanes.
E-mail: silestefo@udec.cl
** Enfermera. Docente Depto. de Enfermería, Universidad de Concepción,
Chile. E-mail: tparavic@udec.cl
RESUMEN
En Chile, según lo establecido en el Código Sanitario en 1997 y en la
Norma General Administrativa N° 19 del año 2007, la enfermera es la responsable
de la gestión del cuidado, es decir, debe asumir el rol de gestora de los
cuidados y como tal se le atribuye una serie de funciones y atribuciones. El
objetivo de este artículo es destacar la importancia de algunos aspectos
necesarios para ejercer el rol de gestora de los cuidados de enfermería, en
especial la importancia del liderazgo, y en este punto la habilidad de
comunicación y la capacidad de toma de decisiones. Se plantea cómo cada uno de
estos aspectos influye en el aseguramiento de la calidad de los cuidados
otorgados, al igual que la continuidad de los mismos.
Palabras clave: Enfermería, gestión del cuidado, líder.
INTRODUCCIÓN
En Chile se asigna la responsabilidad legal, ética y social al
profesional de enfermería en relación a la gestión del cuidado, esto nos obliga
a asumir un compromiso y una responsabilidad: asegurar la continuidad y calidad
de los cuidados.
Si bien a través de la historia en el profesional de enfermería siempre
ha estado presente el otorgar cuidados de calidad, ahora existe un
reconocimiento legal a nuestra profesión y como tal debemos evidenciar nuestro
rol de gestora de los cuidados. El presente artículo tiene como objetivo
abordar aspectos importantes que debe desarrollar y poseer el profesional de
enfermería: liderazgo, habilidad de comunicación y toma de decisiones, y cómo
éstos se relacionan con la calidad de los cuidados otorgados.
En primer lugar, se abordará lo que diversos autores entienden por el
término "cuidado", y la "gestión del cuidado" según las
normativas vigentes en Chile, con algunas de las funciones y atribuciones que
se desprenden de ello. Por último, se abordará el liderazgo como componente
esencial del rol de gestora de los cuidados y los elementos fundamentales para
el ejercicio de éste.
CUIDADO
El cuidado es inherente al ser humano, es la acción que preserva nuestra
especie. El ser humano desde antes del nacimiento cuida a sus semejantes y
también durante todo su crecimiento y desarrollo (1), es así como desde la
década de los años sesenta el término cuidado se ha venido usando en la
literatura. Al revisar ésta, se encuentra una distinción entre el término care
y caring, distinción que se hace necesaria en enfermería. El término
"care" se refiere a la acción de cuidar, según esta definición todo
ser humano puede cuidar, y "caring" incorpora además un sentido y una
intencionalidad humanitaria en esta acción. En el contexto de enfermería es
usado para designar "los cuidados profesionales que la enfermera lleva a
cabo y que suponen un compromiso humanista y un interés por sus
semejantes" (2).
Diversas teóricas de enfermería han definido el término cuidado. Es así
como Lein-ninger (citado por Kerouac) plantea que "el cuidado es la
esencia y el fenómeno central de la enfermería y que debe ser valorizado en
todas las áreas de su ámbito profesional" (3).
Watson enfatiza que "el cuidado percibe los sentimientos del otro y
reconoce su condición de persona única" (4). El término cuidado para la
enfermería debe verse desde varias dimensiones y perspectivas. Medina plantea
que "el concepto de cuidado se puede ver desde tres percepciones:
emocional, transaccional y de desarrollo y existencial" (2). Desde el
contenido emocional de las in-terrelaciones enfermera-paciente, Benner y Wrubel
plantean que el cuidado es "cuidar o tomar contacto, es el elemento esencial
en la relación enfermera-paciente y la enfermera debe tener la capacidad para
empatizar o sentir desde el paciente; representa la principal característica de
la relaciones profesionales"(5), es establecer una relación de ayuda,
comprometerse emocionalmente con el otro, ya que es la única manera de que la
relación sea significativa, de que vea a ese ser humano que necesita de la
ayuda profesional en su totalidad y que él vea a una enfermera cálida,
empática, que no lo juzga sino que le brinda la ayuda profesional que necesita
y que, al término de esta relación, ambos participantes, enfermera-paciente,
saldrán fortalecidos y capaces de seguir estableciendo relaciones
significativas (6).
Desde una segunda perspectiva, el sentido transaccional y de desarrollo,
es donde la enfermera obtiene crecimiento personal a partir de su relación con
el enfermo. Planner (citado por Medina) afirma que cuidado "es un proceso
interactivo por el que la enfermera y el cliente se ayudan mutuamente para
desarrollarse, actualizarse y transformarse hacia mayores niveles de bienestar.
El cuidado alcanza una apertura del yo al otro, una determinación sincera de
compartir emociones, ideas, técnicas y conocimientos" (2); aquí la
enfermera debe demostrarse tal cual es, auténtica, no temer a demostrar sus
sentimientos ni a mostrarse como una persona capaz de expresar emociones y
compartir su vida con otra persona que necesita de su ayuda profesional.
Desde la tercera perspectiva, la existencial, Mayeroff (citado por
Medina) determina los atributos generales del cuidado: "Cuidar es la
antítesis del uso simplista de otra persona para satisfacer nuestras
necesidades, el cuidado debe ser entendido como ayuda a otra persona que
permite el desarrollo, de la misma manera que la amistad aparece a través de la
confianza mutua que produce una transformación profunda y cualitativa de las
relaciones"(2). En esta perspectiva lo esencial es trascender al otro a
través del establecimiento de relaciones significativas en la entrega del
cuidado.
Siguiendo con el proceso de conceptualización del cuidado también se han
identificado "dimensiones esenciales en el acto de cuidar como es la
interacción, la participación y el afecto" (7).
Hay autores (7-9) que enfatizan que el concepto de interacción es el
elemento más esencial del cuidado. En relación a la dimensión participación del
paciente en su cuidado, Orem (10) y Pender (11) principalmente plantean que las
enfermeras deben promover activamente la participación del individuo tanto en
su autocuidado como en la toma de decisiones. En cuanto al afecto, ésta es una
de las dimensiones del cuidado que contribuyen a la satisfacción tanto del
paciente como de la enfermera (7). García y Romero, plantean que "el
afecto se identifica como una vivencia humana referida al tono emocional y al
estado de ánimo, evidenciándose en los sentimientos y emociones de cada
persona, imprimiéndole un carácter humano y terapéutico a la vez" (12).
Si bien es importante los esfuerzos que se han realizado para llegar a
conceptualizar el término cuidado, Daza de Caballero, Torres y Prieto de Romano
plantean que "por ser el cuidado de enfermería un acto que implica el
abordaje integral de la persona, el tratar de establecer límites precisos entre
sus dimensiones es una tarea inútil que impide apreciar la riqueza del acto
mismo del cuidar" (7).
GESTIÓN DEL CUIDADO
En Chile el 16 de diciembre de 1997 se incorporó en el Código Sanitario,
Libro V "del ejercicio de la medicina y profesiones afines", el
artículo 113, donde se reconoce a la Enfermería como profesión. Éste declara
que "los servicios profesionales de la enfermera comprenden la gestión del
cuidado en lo relativo a promoción, mantención y restauración de la salud, la
prevención de enfermedades o lesiones, y la ejecución de acciones derivadas del
diagnóstico y tratamiento médico y el deber de velar por la mejor
administración de los recursos de asistencia para el paciente" (13). La
Gestión del Cuidado de Enfermería en Chile es "entendida como el ejercicio
profesional de la enfermera sustentada en su disciplina, la ciencia de cuidar,
se define como la aplicación de un juicio profesional en la planificación,
organización, motivación y control de la provisión de los cuidados, oportunos,
seguros e integrales, que aseguren la continuidad de la atención y se sustenten
en las políticas y lineamientos estratégicos de la institución" (14). En
este sentido, la gestión del cuidado debe "permitir brindar un cuidado
planificado, utilizando los recursos disponibles, fjando objetivos, metas y
estrategias" (15); además implica que sea un proceso creativo, movilizando
los recursos humanos y los del entorno con la intención de mantener y favorecer
el cuidado de la persona (3), debe estimular la creación de modelos de cuidado
basados en la concepción de la disciplina de enfermería, el uso de un lenguaje
común, de símbolos, de conceptos comunes en la práctica clínica que refuercen
el potencial, el compromiso y la identidad profesional de la enfermería, pero,
por sobre todo, debe asegurar la calidad del cuidado que se otorga a los
usuarios y a su familia" (16).
Según el artículo 113 del Código Sanitario (13) y la Norma General
Administrativa N° 19, "la gestión del cuidado debe estar a cargo de un
profesional enfermera/o, con formación y competencias técnicas y de gestión en
el área de la gestión de los cuidados, además se le dan atribuciones para
organizar, supervisar, evaluar y promover el mejoramiento de la calidad de los
cuidados de enfermería, a fin de otorgar una atención segura, oportuna,
continua, con pertinencia cultural y en concordancia con las políticas y normas
establecidas por el Ministerio de Salud" (14); desde este punto de vista,
"la gestión del cuidado es intransferible ya que requiere de un criterio
profesional que, desde su planificación hasta su ejecución, responda a
estándares éticos, jurídicos y científico-técnicos, que sólo se alcanzan con
una formación superior impregnada de la tradición y evolución histórica de la
enfermería, la gestión sólo será delegable a otra enfermera/o" (17). La
enfermera es la responsable de la gestión del cuidado y en la literatura a esta
responsabilidad se le define como el rol de gestora de los cuidados. Diversos
autores han definido lo que implica este rol de gestora, es así como Meleis
plantea que la enfermera gestora de los cuidados tiene "la responsabilidad
de crear una cultura de organización que favorezca la práctica de los cuidados,
seleccionar el personal con formación, desarrollar la capacitación y la
implementación de un modelo para guiar la práctica de enfermería"(16),
debe "apoyar al personal cuidador en su labor de cuidar en forma
individualizada al paciente y su familia" (18), considerando siempre los
"valores, actitudes y conocimientos de la disciplina que le brindan una
visión distinta y específica de la gestión de los cuidados" (16); debe
ejercer un liderazgo, el que "debe ser comprensivo, generando un clima de
trabajo favorable, participativo, fomentando el trabajo en equipo, haciendo
partícipe a su personal en las decisiones" (3).
Es así como en este rol de gestora surge inevitablemente el término
líder. El li-derazgo es un componente esencial de la gestión, para lo cual las
enfermeras deben prepararse. Una de las habilidades que las autoras consideran
primordial para lograr el éxito en el rol de líder como gestora del cuidado en
enfermería es la habilidad de comunicación, un término muy desarrollado en lo
teórico pero muy poco utilizado en la práctica. La habilidad para comunicarse
es el núcleo del liderazgo (19), por lo tanto "la comunicación constituye
un elemento fundamental en el proceso de ejercer el liderazgo en enfermería, ya
que la forma en que se transmite el mensaje interferirá con el resultado
deseado" (20). En este sentido, "la comunicación es la base de
liderazgo, porque el liderazgo es una relación interpersonal en la que los
líderes infuyen en las personas a cambiar a través del proceso de comunicación.
El éxito del líder está relacionado con su capacidad para comunicarse con los
demás, este proceso implica el uso sistemático de símbolos para transmitir
información y llegar a un entendimiento acerca de una situación. El objetivo
del comunicador es transmitir un mensaje a otra persona, de manera que el
mensaje se reciba como está previsto, sin distorsión" (19). La
comunicación es uno de los más infuyentes, importantes y complejos aspectos de
las conductas de las personas. La actividad cotidiana de un profesional como
líder en la gestión del cuidado de enfermería está llena de actividades en las
que la comunicación es imprescindible, tanto en los aspectos verbales y no
verbales de la comunicación. Más que explicar el proceso de comunicación,
creemos importante abordar algunos elementos necesarios que deben estar
presentes en la comunicación. Uno de ellos es la escucha activa, "escuchar
activamente es poner todos los medios a nuestro alcance para lograr entender lo
que nos quieren decir, mostrando además un afán de interés ante la presencia
del mensaje y una conducta de colaboración con el emisor en su tarea de
comunicar" (21); escuchar es una de las mejores formas de obtener la mayor
cantidad de información, además de demostrar el interés por el otro, es también
interpretar lo escuchado, evaluarlo y responder a la información transmitida.
No basta escuchar a otra persona para que ella sea consciente de que la
escuchan, es necesario transmitirlo, comunicar con actos conscientes al otro
que hemos prestado atención a sus palabras, es la habilidad de captar y refejar
el mensaje del otro. El mensaje se debe reformular con las propias palabras del
receptor, pero no sólo su contenido (percepción denotativa), sino también los
sentimientos y actitudes que lo acompañan (percepción connotativa). No es una
habilidad muy frecuente puesto que no se suele enseñar y se practica poco, y
sin embargo es la más valorada por las personas con las que uno interactúa, la
escucha activa se relaciona con la empatía, vista como la aptitud de ponerse en
el lugar del otro, siempre considerando su cultura, sus valores, su
individualidad, de esta manera no sólo percibimos las palabras sino también a
la persona en su esencia. Teniendo presente estos elementos en la comunicación,
nos permitirá "garantizar que cada profesional reciba la información que
necesita para realizar su trabajo, se pueda comunicar con facilidad con otros profesionales
con los que interacciona y con los que participa en el cuidado del paciente y
pueda aportar sus opiniones y su conocimiento cuando se detecten problemas que
se quieran solucionar" (22). "La comunicación eficaz facilitará a la
enfermera gestora de los cuidados el trabajo entre profesionales de distintas
disciplinas, ya que la calidad de la atención que recibe el paciente es el
resultado de un proceso en el que tienen que intervenir muchas personas y debe
hacerlo en forma coordinada. En una organización la comunicación es esencial
para el ejercicio de infuencia sobre la coordinación de las actividades de
grupo y para garantizar el proceso de liderazgo" (23).
Otra de las capacidades que consideramos primordial al ejercer el rol de
líder en la gestión de los cuidados en enfermería es la capacidad de tomar
decisiones. Una de las principales funciones de los profesionales que ejercen
una responsabilidad directiva, o más propiamente gestora, se centra en la toma
de decisiones. Éste es un proceso nada fácil, que compromete el quehacer
directivo de forma continúa (18), debiendo seleccionar entre las alternativas
precisas en la toma de decisión (24). Es así que para tomar una decisión se
requiere percibir diversas opciones, significa decidir o elegir entre varias
alternativas, aunque éstas sean las más elementales o primarias; sí o no, actúo
o no actúo, dejo las cosas como están o hago un cambio (25). "La toma de
decisiones es un proceso refexivo e intelectual conformado por unas secuencias
que pueden ser analizadas, perfeccionadas e integradas, con objeto de conseguir
una mayor precisión y exactitud en la solución de los problemas y en el inicio
de acciones" (26), incluye identificar un problema, buscar soluciones y
seleccionar la alternativa que mejor permita alcanzar el objetivo de quien toma
la decisión (27). El líder, en este caso la enfermera gestora de los cuidados
cuando toma una decisión correcta, consigue algo más que resolver los problemas
inmediatos, consigue a largo plazo fomentar la toma de decisiones acertada por
parte de las otras enfermeras, a través de la observación de su rol de líder.
(24). La solución de problemas es una capacidad que puede perfeccionarse, es
decir la habilidad de decidir se puede aprender (25), por lo que consideramos primordial
considerar desarrollar esta capacidad en la formación del recurso humano del
profesional de enfermería. Si revisamos la literatura, existen diversos modelos
organizativos para tomar decisiones: el modelo racional, modelo político,
modelo colegial y modelo burocrático, modelo del cubo de basura, por mencionar
algunos, pero, independiente del modelo que se adopte, lo importante es
desarrollar el pensamiento crítico, ya que éste contribuye a la calidad de la
toma de decisiones y a la solución de problemas (24). El profesional de
enfermería debe estar preparado en los diversos aspectos que involucra la
gestión de los cuidados, para responder con una atención de calidad ante los
usuarios que demandan salud, y ante la sociedad que nos ha otorgado tal responsabilidad.
CONCLUSIÓN
En Chile, a través del artículo 113 y la normativa administrativa N° 19,
se le confere a la enfermera la responsabilidad de "la gestión del
cuidado", esto implica una serie de funciones, atribuciones y
responsabilidades, donde el rol de la enfermera como gestora del cuidado cobra
importancia y a la vez desafíos. Uno de estos desafíos es que debe asumir el
liderazgo en esta gestión y como líder debe tener habilidades de comunicación,
y tener información y conocimiento para la correcta toma de decisiones. Esto
permitirá a la enfermera gestora del cuidado asegurar que todas las personas
involucradas en el cuidado del paciente obtengan la información necesaria para
la continuidad y calidad de los cuidados que necesiten. Para ello el profesional
de enfermería debe estar muy preparado en estos aspectos y las escuelas de
Enfermería tienen una responsabilidad en la formación del recurso humano de
enfermería, el cual debe ser capaz de responder a los desafíos de nuestro rol
de gestora de los cuidados de salud de la población.
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